jueves, 25 de enero de 2018

Eres jodidamente perfecta



No mires al espejo, mírame a mí, escúchame. Estás preciosa.
Alegra esos ojos tristes, dale una tregua a tus pensamientos y deja de darle vueltas. Esas ojeras no merecen la pena, y no te sientan nada bien, calza una sonrisa y recupera el rojo de tus mejillas. No hay más opciones que esta, solo una frase puede sonar en tu cabeza: eres jodidamente perfecta.

La felicidad no se esconde tras unos kilos menos. Cuando los pierdas, y pierdas mucho más por el camino, sentirás que no son suficientes. ¿Cómo saberlo? Si siempre habrá un número que no te cuadre. Qué insatisfacción para ti, qué dolor para los demás, qué tragedia que no te quieras como nosotros lo hacemos. Si supieras lo bien que te sientan esos pantalones, la gracia con que mueves el culo, tu naturalidad en estado puro, la vitalidad que desprendes cuando eres feliz contigo misma. No te haces idea de la forma tan bonita que tienes de hacer que no quitemos los ojos de ti. No la pierdas.
No hay medidas establecidas, no hay curvas que no hagan poderosa a una mujer, no hay una báscula que cuente la verdad ni una dieta que te alegre la vida. ¡La única dieta que tienes que seguir es la de comerte el mundo! No hay suficientes verdades en Internet, ni todos son tan expertos como dicen serlo. No confíes en pócimas mágicas. No dejes que tus entrañas se quejen de olvido. No te alejes de las personas a las que las importas, no te alejes de ti misma, no te pierdas. Estamos aquí para cogerte de la mano. Cuenta con nosotros.

¿Sabes todas esas chicas de revista que solían gustarte? No son de verdad, hay photoshop, hay operaciones, muchas poses estudiadas y carretes malgastados. Y detrás de sus fachadas están sus miedos, por no ser suficiente para una sociedad que, sin darse cuenta, pensaba que exigirlas todo eso estaba bien. Que creía que su delgadez era bonita, que no se aterrorizaba al ver piernas más finas que mis brazos, que no se indignaba cuando en el mundo de la moda les pedían un peso ridículo, que no se horrorizaba cuando las modelos hablaban de sus “dietas” días antes de un evento.  Pero ahora eso ha cambiado, las mujeres que ahora acaparan las portadas tienen una vida sana, están orgullosas de sus curvas de infarto, disfrutan del deporte, no se avergüenzan de sus fotos sin maquillaje, ni les preocupan las noches de cenas sin contar calorías. Míralas a ellas. Son, por lo menos, como tú.

Así que no te rompas, lucha, cree en ti. Pierde esa imagen de fragilidad, recupera tu fuerza, tu energía. No te compares. Que NADIE te diga cómo se supone que estás más guapa, más sexy, o más lo que sea. Ponte lo que te dé la gana, llévalo con toda tu personalidad, y que rebose a cada paso que des. Hazlo con la cabeza muy alta. Anda cómoda por la vida, en deportivas o en tacones y tírale un beso al que no le guste. ¿Qué es lo que vas a hacer?, como dice Jennifer Lawrence, ¿pasar hambre cada día de tu vida para hacer felices a otras personas? NO GRACIAS.

Ahora mírate al espejo. Enamórate de tu jodido cuerpo perfecto. Eres preciosa, que nada ni nadie te haga te lo haga dudar.

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