martes, 17 de diciembre de 2019

La verdadera historia del árbol de Navidad



La Navidad es una festividad principalmente católica aunque muchas costumbres y tradiciones de estas fiestas procedan de la religión pagana practicada por los celtas cuyo contenido y simbolismo era completamente diferente a la católica o mal llamada cristiana.

Los celtas celebraban por estas fechas una fiesta muy particular y cuyo origen procede de la famosa tradición popular de tener un árbol de navidad. Para los celtas eran muy importantes los solsticios dedicándole festividades con un marcado carácter pagano y cuyo protagonista principal era la naturaleza.

Sobre el origen del árbol de Navidad la teoría más difundida se remonta a la antigua creencia germana de que un árbol gigante sostenía el mundo y que de sus ramas estaban las estrellas, mientras que, en sus raíces profundas se ocultaba el infierno.

Cuando los primeros cristianos llegaron a Europa y descubrieron que celebraban el cumpleaños de uno de sus dioses adornando un árbol tomaron esta idea cambiando de forma progresiva todo sus significado. Fue entre los años 650 y 784 que el evangelizador de Alemania, San Bonifacio comprendió que era imposible desaparecer esta tradición pagana y adoptó esto dándole un sentido cristiano.

San Bonifacio cortó con un hacha el roble que simbolizaba al dios Odín, y en su lugar plantó un pino que ni siquiera en invierno perdía su verde follaje. Esto era, dijo, como símbolo del amor de Dios. Lo adornó con manzanas, símbolo del pecado original y con velas como símbolo de la luz del mundo.

Sobre la costumbre de colocar en Navidad árboles de abeto o de pino en las casas, los primeros registros son del siglo XVII en Alsacia, región francesa que se ubica en los límites con Alemania y Suiza. Allí, un generoso sacerdote cada noche de Navidad repartía entre los habitantes menos favorecidos del pueblo, alimentos, ropa y dinero que recolectaba durante el año.

Según la leyenda mientras preparaba los paquetes para repartir entre los más pobres, el sacerdote admiró la hermosa noche y se le ocurrió colgar los regalos en las ramas de un abeto próximo a la iglesia. Los pobres podrían así disfrutar del cielo estrellado de aquella noche clara mientras entonaban cantos sagrados bajo el árbol.

Desde entonces este fue el centro de la fiesta navideña. Estas tradiciones se propagaron por toda Europa durante la Edad Media y con las conquistas y migraciones llegaron a América. Y, aunque muchos no lo recuerdan el Árbol de Navidad se debe adornar durante todo el Adviento con 24 o 28 esferas dependiendo de los días que este tenga y con una oración o un propósito en cada una de ellas.

Conforme pasen los días las esferas se tendrán que ir colgando hasta la Nochebuena. Las bolas azules simbolizan oraciones de arrepentimiento, las plateadas de agradecimiento,etc...


2 comentarios: