El incienso ha estado presente desde la antigüedad hasta nuestros días en una serie de celebraciones y cultos y es un ingrediente que no sólo acompaña a los rituales religiosos sino también a aquellos eventos más cotidianos.
El incienso tiene grandes poderes espirituales. Por ejemplo, facilita la concentración y la meditación individual o de un grupo, crea un ambiente placentero en nuestras casas o en nuestro trabajo liberándonos de energías negativas, atrae la energía positiva y purifica el entorno y a las personas librándonos de las malas influencias, concentra las fuerzas y las dirige hacia el objetivo que nos hemos propuesto siendo capaz de ayudarnos a conseguir lo que en un determinado momento deseamos. Perfuma, relaja y armoniza la mente. En definitiva, es un ingrediente más para que nuestras prácticas mágicas se consumen con éxito.
El incienso tiene grandes poderes espirituales. Por ejemplo, facilita la concentración y la meditación individual o de un grupo, crea un ambiente placentero en nuestras casas o en nuestro trabajo liberándonos de energías negativas, atrae la energía positiva y purifica el entorno y a las personas librándonos de las malas influencias, concentra las fuerzas y las dirige hacia el objetivo que nos hemos propuesto siendo capaz de ayudarnos a conseguir lo que en un determinado momento deseamos. Perfuma, relaja y armoniza la mente. En definitiva, es un ingrediente más para que nuestras prácticas mágicas se consumen con éxito.
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