La única forma de alcanzar la Verdad es a través del
auto-conocimiento, porque eso hará de nuestra realidad algo verosímil y más
fácil de sobrellevar para nosotros mismos y nuestro entorno.
Para conocer la Verdad lo primero que tenemos que saber es
cómo es posible hacerlo, cuáles son nuestras herramientas. Por ello, se
requiere tener un conocimiento interiorizado del “Yo” y comprender cuál es la
constitución completa del ser humano.
Sin embargo, ¿cuál es la actividad que nos puede permitir
tener una confianza total en esa Verdad que buscamos?, así, para explicar esto
nos pareció acertado basarnos la ciencia espiritual o Antroposofía desarrollada
por Rudolf Steiner, expuesta más detalladamente en su libro “Teosofía”.
Steiner nos enseña que esa actividad, que nos puede permitir
conocer la Verdad, no puede ser otra que el Pensar, porque es lo más valioso
que tenemos, sólo nos pertenece individualmente a cada uno y podemos reconocer
como algo propio. Además, es el principio de toda actividad espiritual.
La libertad del pensar consciente
Steiner, además explica en su obra “Filosofía de la
Libertad”, que hace referencia a la filosofía espiritual, que la mejor manera
de que el ser humano alcance el conocimiento y por ende, la Verdad, es a través
del “pensar consciente”, que constituye la base y el comienzo de cualquier
trabajo de auto-conocimiento, y más en concreto la observación personal del
propio pensar.
Por ello, si cada persona desde su “Yo” comprende que es un
ser consciente espiritual, y que vive en un mundo ficticio temporal,
intermediario entre el mundo espiritual y el físico-material, entonces las
percepciones materiales que lo condicionan se pueden unificar con las
espirituales, y convertirse en reales, si las comprendemos a través del pensar.
El auto-conocimiento
En el proceso del auto-conocimiento lo primero que es
necesario hacer es darnos cuenta de lo que somos, cómo somos, dónde estamos
ubicados, de dónde venimos, es decir, tomar conciencia de son nuestras
características y circunstancias las que nos forman a través del Pensar. Sin
embargo, no debemos olvidar que su eficacia y su valor estará siempre en
función de a qué dediquemos nuestro pensar: si a cosas triviales e
intrascendentes, con fines egoístas y ambiciosos o a objetivos altruistas que
busquen colaborar con otros en mejorar la vida de todos, del estudio, la
investigación espiritual, etc.
Cómo ponerlo en práctica
Cuándo queremos iniciarnos en este recorrido es muy fácil
pensar que poniéndonos bajo la autoridad de alguna persona, institución,
doctrina o maestro que consideremos superior estaremos recorriendo el camino
hacia la Verdad, pero esa es en una cómoda posición en la que no avanzamos
demasiado. Si podemos utilizarlo como una guía para el descubrir, pero no será
de ninguna manera la revelación de la Verdad.
Lo que debemos hacer es trabajar con nuestra propia
reflexión a través del pensar consciente. Si lo hacemos autónoma y
responsablemente entonces será una actividad individual de nuestro Yo, que dará
sus frutos sabiamente. Tenemos que empezar a comprender y percibir en nosotros
mismos, observando nuestro propio proceso de pensamiento.
Además, no hace falta ser inteligentes, profesionales, haber
estudiado mucho… cada uno puede hacer algo, por poco que sea, trabajando con el
patrimonio espiritual que posea. Y, si simplemente cada uno hace un trabajo
responsable de búsqueda interior por mínimo que sea, los resultados
espirituales se multiplicarán en beneficio de todos y del Universo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario