miércoles, 7 de junio de 2017

Mereces a una persona que te vea todos los días como si fuera la primera vez


“Enamorarse todos los días de la misma persona, eso es amor.”

 Es muy común que las relaciones largas tiendan a dejarse llevar por la monotonía, y hablo de los sentimientos… en este caso, de las pequeñas cosas que se dejan de hacer, que se olvidan, que se dan por hechas, que creemos que se sobreentienden. En un principio, todo es perfecto, sorprendente y mágico… lleno de detalles, de regalos escondidos, de mensajes, de planes a realizar, de experiencias nuevas, de besos robados, de “te quiero” inesperados, de llamadas nunca inoportunas y de todas esas cosas que hacen que las mariposas revoloteen como locas en el estómago.
Pero a medida que pasa el tiempo, a medida que el día a día va haciendo de las suyas, los mensajes dejan de ser tan frecuentes, las llamadas, ya no tan abundantes ni largas, los besos se vuelven automáticos, los planes ya no son del agrado correspondiente, las sorpresas y regalos, los justos y por exigencias del guion y los “te quiero”… desaparecen por completo.
Y creo que una de las razones principales es que alguna de las dos partes piensa que ya tiene segura a su pareja, que ya no tiene por qué ser encantador/a si ya la tiene ahí todos los días. Se instalan en su zona de confort y no hacen nada al respecto; se les olvida que mantener una relación implica una serie de actitudes todos los días. Se olvidan de la espontaneidad, la comunicación, la creatividad, la voluntad e innovación, y así poco a poco comienzan a caer en la monotonía.
Sí, monotonía… Una palabra que a diario muchas parejas repiten silenciosamente, pero el problema más grande no es que la repitan o la sientan, lo grave es que la vivan y la callen; lo cual permite que este problema se convierta en un verdadero círculo vicioso.
Es tan lamentable ver como poco a poco los sentimientos cambian, la magia desaparece y a veces, el amor muere; y al final lo único que los mantiene unidos como pareja, es el apego, dañando y destruyendo con el tiempo la relación.
El estrés, el cansancio, la apatía, los altibajos del vivir, las altas expectativas que ponemos en la otra persona, los sueños fallidos de los planes en común, el no estar totalmente satisfecho con la relación, son causas que influyen en que cada día que pasa, perdamos más el interés por la otra persona. Y no nos engañemos, esto es un juego de dos, si uno no hace, el otro hará menos, por desazón o por cualquier otro motivo, y el final se convierte… ¡en un fracaso estrepitoso!
Y se llega al punto en que muchos se preguntan “¿Realmente es amor, o es costumbre lo que siento?, ¿Por qué ya no me siento feliz con mi pareja?, ¿Por qué sus besos y caricias no me erizan la piel?”.
Y ya no sabemos en qué momento pasamos de la felicidad, del amor a una simple costumbre de compartir momentos. Es ahí donde el chicle pierde el sabor y la monotonía se transforma en una cárcel. Una cárcel en la que muchos prefieren continuar viviendo porque les parece más fácil, aunque les mate el alma y la alegría de vivir cada día por no enfrentar nuevos retos y decidirse a reencontrar aquel amor que están perdiendo.

Al igual que tú, todos merecemos una persona que nos valore no sólo cuando comienza una relación, sino siempre, en todo momento; que nos enamore y nos siga eligiendo cada día. Todos podemos caer en la rutina, de hecho, es una etapa que toda pareja debe atravesar, pero si realmente lo que sentimos es amor, por qué no recordar cuando iniciaste la relación y elegiste luchar por ella, ese es el gran secreto para mantener vivo el amor, recordar las razones cada mañana por las cuáles elegiste estar con ella, recordar todo eso que te hacía sentir, pensar en lo atractiva, graciosa, inquietante y cualquier adjetivo adjetivo calificativo que te parecía en los comienzos y, sobre todo, comunicar la manera en que uno se siente dentro de la relación, los puntos que crees que se podrían mejorar, lo que no te gusta del otro sin atacar ni enjuiciar, simplemente con las ganas de mejorarlos en pareja. La técnica incluye sorprender a nuestra pareja, divertirse juntos, atreverse a intentar cosas nuevas en la relación y posiblemente también en el plano sexual.
Hay que mantener el corazón y la mente abierta. Recordemos que todas las personas somos cambiantes, sorpresivas, y estamos constituidas por idas y vueltas, claridades y contradicciones, confusión y lucidez. De cualquier manera, no ahorremos las manifestaciones de cariño y cuidemos siempre los pequeños detalles, porque es cuando ellos desaparecen, que la monotonía se instala en la relación, y cuando eso ocurre, muchas veces, se instala para no irse nunca más. Sin olvidar que es uno de los principales motivos que inducen a la infidelidad.

Aquí no hay respuestas mágicas, sólo una pregunta muy básica: ¿Sigues amando a tu pareja? Sí! Pues entonces utiliza tu sentimiento para afianzar la unión con ella, reconquístala, revive la pasión y el amor que sintieron un día y no te olvides de mirarla cada mañana… Como si fuera la primera vez.

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