“Enamorarse todos los
días de la misma persona, eso es amor.”
Es muy común que las
relaciones largas tiendan a dejarse llevar por la monotonía, y hablo de los
sentimientos… en este caso, de las pequeñas cosas que se dejan de hacer, que se
olvidan, que se dan por hechas, que creemos que se sobreentienden. En un
principio, todo es perfecto, sorprendente y mágico… lleno de detalles, de
regalos escondidos, de mensajes, de planes a realizar, de experiencias nuevas,
de besos robados, de “te quiero” inesperados, de llamadas nunca inoportunas y
de todas esas cosas que hacen que las mariposas revoloteen como locas en el
estómago.
Pero a medida que pasa el tiempo, a medida que el día a día
va haciendo de las suyas, los mensajes dejan de ser tan frecuentes, las
llamadas, ya no tan abundantes ni largas, los besos se vuelven automáticos, los
planes ya no son del agrado correspondiente, las sorpresas y regalos, los
justos y por exigencias del guion y los “te quiero”… desaparecen por completo.
Y creo que una de las razones principales es que alguna de
las dos partes piensa que ya tiene segura a su pareja, que ya no tiene por qué
ser encantador/a si ya la tiene ahí todos los días. Se instalan en su zona de
confort y no hacen nada al respecto; se les olvida que mantener una relación
implica una serie de actitudes todos los días. Se olvidan de la espontaneidad,
la comunicación, la creatividad, la voluntad e innovación, y así poco a poco
comienzan a caer en la monotonía.
Sí, monotonía… Una palabra que a diario muchas parejas
repiten silenciosamente, pero el problema más grande no es que la repitan o la
sientan, lo grave es que la vivan y la callen; lo cual permite que este
problema se convierta en un verdadero círculo vicioso.
Es tan lamentable ver como poco a poco los sentimientos
cambian, la magia desaparece y a veces, el amor muere; y al final lo único que
los mantiene unidos como pareja, es el apego, dañando y destruyendo con el
tiempo la relación.
El estrés, el cansancio, la apatía, los altibajos del vivir,
las altas expectativas que ponemos en la otra persona, los sueños fallidos de
los planes en común, el no estar totalmente satisfecho con la relación, son
causas que influyen en que cada día que pasa, perdamos más el interés por la
otra persona. Y no nos engañemos, esto es un juego de dos, si uno no hace, el
otro hará menos, por desazón o por cualquier otro motivo, y el final se
convierte… ¡en un fracaso estrepitoso!
Y se llega al punto en que muchos se preguntan “¿Realmente
es amor, o es costumbre lo que siento?, ¿Por qué ya no me siento feliz con mi
pareja?, ¿Por qué sus besos y caricias no me erizan la piel?”.
Y ya no sabemos en qué momento pasamos de la felicidad, del
amor a una simple costumbre de compartir momentos. Es ahí donde el chicle
pierde el sabor y la monotonía se transforma en una cárcel. Una cárcel en la
que muchos prefieren continuar viviendo porque les parece más fácil, aunque les
mate el alma y la alegría de vivir cada día por no enfrentar nuevos retos y
decidirse a reencontrar aquel amor que están perdiendo.
Al igual que tú, todos merecemos una persona que nos valore
no sólo cuando comienza una relación, sino siempre, en todo momento; que nos
enamore y nos siga eligiendo cada día. Todos podemos caer en la rutina, de
hecho, es una etapa que toda pareja debe atravesar, pero si realmente lo que
sentimos es amor, por qué no recordar cuando iniciaste la relación y elegiste
luchar por ella, ese es el gran secreto para mantener vivo el amor, recordar
las razones cada mañana por las cuáles elegiste estar con ella, recordar todo
eso que te hacía sentir, pensar en lo atractiva, graciosa, inquietante y
cualquier adjetivo adjetivo calificativo que te parecía en los comienzos y,
sobre todo, comunicar la manera en que uno se siente dentro de la relación, los
puntos que crees que se podrían mejorar, lo que no te gusta del otro sin atacar
ni enjuiciar, simplemente con las ganas de mejorarlos en pareja. La técnica
incluye sorprender a nuestra pareja, divertirse juntos, atreverse a intentar
cosas nuevas en la relación y posiblemente también en el plano sexual.
Hay que mantener el corazón y la mente abierta. Recordemos
que todas las personas somos cambiantes, sorpresivas, y estamos constituidas
por idas y vueltas, claridades y contradicciones, confusión y lucidez. De
cualquier manera, no ahorremos las manifestaciones de cariño y cuidemos siempre
los pequeños detalles, porque es cuando ellos desaparecen, que la monotonía se
instala en la relación, y cuando eso ocurre, muchas veces, se instala para no
irse nunca más. Sin olvidar que es uno de los principales motivos que inducen a
la infidelidad.
Aquí no hay respuestas mágicas, sólo una pregunta muy
básica: ¿Sigues amando a tu pareja? Sí! Pues entonces utiliza tu sentimiento
para afianzar la unión con ella, reconquístala, revive la pasión y el amor que
sintieron un día y no te olvides de mirarla cada mañana… Como si fuera la
primera vez.
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