La baraja de Tarot más antigua que se ha conservado hasta nuestros días es la baraja “Visconti de Modrone” – del nombre de la familia noble que la poseía –.
Su realización fue encargada por Felipe María Visconti – Duque de Milán – entre los años 1441 y 1447.
De este hito en la historia del Tarot se han conservado hasta hoy 67 cartas, de las cuales 11 triunfos (arcanos mayores).
Se trata de estupendas e inigualables obras de arte, pintadas a mano sobre láminas de oro o plata decoradas con punzón – oro para los triunfos y las cartas de la corte, plata para las cartas numeradas –.
Orígenes
La baraja está estrechamente relacionada con la familia Visconti: los escudos heráldicos y los lemas de la familia Visconti en las cartas no dejan lugar a dudas.
También el período de realización es bastante certero, es decir, durante el gobierno de Felipe María Visconti.
De hecho, en las cartas de oros figura la reproducción exacta de una moneda que era de curso legal durante el período en que él era duque de Milán: el florín de oro de Felipe María.
Características de la Baraja
La estructura de las cartas de la corte de la baraja “Visconti de Modrone” no se ajusta a los estándares de hoy.
Para cada palo hay 6 figuras diferentes: rey, reina, caballo, dama (también a caballo), sota masculina y sota femenina.
También entre los triunfos encontramos figuras que no aparecen entre las típicas.
Las tres virtudes teologales – fe, esperanza y caridad – son, de hecho, figuras inusuales en el Tarot.
Las numerosas peculiaridades de esta baraja han llevado a la hipótesis de que puede tratarse de una de las primeras fases de experimentación del Tarot en la que todavía no estaba bien definida una estructura precisa, que solo se consolidaría en los años venideros.
Diferentes Nombres para una Sola Baraja
La compleja historia de estas cartas llevó a identificar la baraja con diferentes nombres:
“Tarot de los Visconti de Modrone”. De la familia noble milanesa que poseyó la baraja hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando se perdió el rastro de la misma.
“Tarot Cary-Yale”. El curioso nombre se debe al coleccionista estadounidense Melbert B. Cary, quien lo donó a la biblioteca Beinecke Rare Book and Manuscript Library (una de las bibliotecas de la Universidad de Yale), afirmando haberlo comprado después del final de la Segunda Guerra Mundial.
“Tarot de Felipe María Visconti”. Del nombre de quien lo encargó.
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