El calendario es un instrumento que lleva acompañándonos muchos siglos. |
El Calendario, ese artículo tan común en nuestras
vidas y que adopta tantas y tan
variadas formas, unas más simples, otras más
sofisticadas, lleva acompañándonos
muchos años.
Piénsalo un momento e intenta adivinar, si no lo sabes ya,
desde cuándo está entre
nosotros...
pensado.
Se trata de un calendario lunar hallado en
Warren Fiel,
Aberdeenshire, Escocia, en unas excavaciones iniciadas en el año 2004, y que se
ha datado sobre el año 8.000 antes de Cristo. Lo que hace que este
calendario sea mucho más antiguo, incluso, que los encontrados en Mesopotamia.
Si bien es cierto que otros investigadores
hablan de
calendarios lunares aun más
antiguos que remontan esta fecha de inicio del calendario entre el 17.000 y el 30.000, ambos antes de Cristo. Pero los datos
sobre ellos siguen siendo controvertidos.
Como podemos ver, la necesidad de saber en qué día vivimos
nos viene de muy antiguo.
Las 3 subdivisiones básicas en las que se dividen los
calendarios son:
-
Lunar.
-
Lunisolar.
-
Solar.
El Calendario Lunar es el que está basado en las
fases mensuales de la luna: creciente, llena, menguante y nueva.
Debe tenerse en cuenta que muchos de los calendarios
llamados lunares no son
puramente lunares, sino que, realmente, se tratan de calendarios
lunisolares, en los
que se utiliza la intercalación, de la que luego
hablaremos.
Los meses lunares constan unos de 29 días y otros de 30
alternativamente. Esto da lugar a que un año lunar de doce meses sea en 11
días más corto que un año solar.
El Calendario Lunisolar es el calendario lunar en el
que se usa la intercalación de la que antes hablábamos, para conseguir una
concordancia entre este calendario y el solar.
Y esto se consigue añadiendo
al calendario lunar un mes adicional cada dos o tres
años.
Por lo demás, los calendarios puramente lunares y los
lunisolares son muy semejantes, aunque pueden diferenciarse unos de otros a la
hora de fijar cuál es el primer día del mes. Momento que puede ser el de una
luna nueva o el día después de una luna llena o de una nueva.
Y finalmente, el Calendario Solar que consta de 365
días invariablemente a excepción de que cada cuatro años se añade un día extra,
dejando al calendario con 366 días, el año bisiesto. Esto es debido a
que, en realidad, el año solar consta de 365,25 días y de esta forma se
consigue corregir este desfase.
Un calendario es mucho más que solo 12 meses. Su
nacimiento, historia y evolución guardan multitud de curiosidades.
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