Todos hemos oído
hablar de canalizaciones espirituales pero ¿realmente cuál es su sentido? y
¿todo el mundo puede hacerlas o se nace con ese don?
¿Somos
todos capaces de canalizar a nivel espiritual?
Todos los seres humanos somos receptores potenciales,
o sea canales, como si tuviéramos una antena en nuestro interior, que nos
permite absorber esa clase de información que no pasa a través de los sentidos
físicos.
Tal información puede ser recibida, pero casi nunca es
atendida, por creerla un invento de la imaginación, una confusión momentánea, o
algo sin relevancia. Normalmente no se le da mucho crédito a eso que no es
palpable o comprobable.
Algunas personas tienen como preferente el canal
receptor visual (imágenes), otras puede que “escuchen” frases o palabras en su
mente, y hay quienes la sienten como emociones o síntomas en el cuerpo.
¿Es lo
mismo que ser vidente o médium?
El tema de las canalizaciones espirituales se puede
confundir con la labor de médiums o videntes, aunque sólo en algunos casos, la
videncia y la canalización se dan al mismo tiempo. Lo que diferencia un medio
de otro, es que en las canalizaciones espirituales siempre se recibe la
información de seres que no están en un cuerpo físico.
Y no hablo de los fallecidos, pues aunque tengamos
seres queridos “al otro lado”, es preferible dejar que sigan su camino sin
importunarlos pidiéndoles ayuda, porque para quienes ya nos han dejado, puede
ser contraproducente.
Las entidades que se ponen en contacto con nosotros
para asistirnos desde el amor incondicional (es decir, sin pedir nada a cambio,
ni exigir algo de quien consulta) son Guías o Maestros que han alcanzado un
nivel de sabiduría mayor que el nuestro, y están en otra dimensión, desde la
que pueden tener acceso a otro nivel de información.
La habilidad de hacer de canal, para conectar con
información espiritual, se puede aprender. Y el mensaje que nos llega es
proporcionado, sin excepción, por un ser que ya no está en un cuerpo físico, y
que actúa desde el amor incondicional, además de estar más allá de las dudas y
dificultades que normalmente todos tenemos.
¿Se
puede preguntar cualquier cosa?
Las canalizaciones espirituales deberían utilizarse en
momentos de confusión, situaciones difíciles o algún cambio importante,
exclusivamente para obtener lo necesario con el fin de avanzar hacia nuestra
evolución y propósito del alma.
No es ético preguntar por asuntos de terceros sin su
consentimiento, por muy cercana que sea nuestra relación, aunque si la persona
que hace de canal está realmente conectada con la información recibida, los
Guías nunca responden a quien indaga, lo que no necesita saber o no es de su
incumbencia.
Se puede preguntar cualquier cosa, aunque se
contestará sólo lo necesario, o las respuestas serán muy abiertas, dejando paso
a la interpretación personal posterior, ya que nunca esa información debe
interferir, condicionar o venir en forma de órdenes.
Canalización
consciente
No todos los canalizadores (o personas que dicen
serlo) tienen la misma intención al ofrecerse como tales. Para que una
canalización sea fiable deberían tenerse en cuenta algunos puntos:
- La información que se proporcione
nunca vulnerará la intimidad de quién se halla presente ni la de terceras personas,
es decir que no se deberían dar respuestas que puedan interferir con la vida de
otros tanto si están presentes en ese momento como si no, y jamás sin su
consentimiento.
- La información nunca debe
condicionar a la persona que la pide, diciéndole lo que tiene que hacer y lo
que no. Tampoco se alienta rencor, enojo o rabia, dándole la razón en algún
conflicto, pues eso no entra en el “amor incondicional” y es muy diferente a
dar soporte o apoyo a quien sufre por algún motivo.
- La energía que se percibe, va más
allá de las palabras que pueda decir el canalizador o la canalizadora, y se
pueden palpar el amor, la entrega y una presencia envolvente y que reconforta.
- Las palabras saben dónde tienen que
tocar: directamente al corazón. Puede que la persona que las
reciba se sienta indiferente por estar cerrada o a la defensiva, porque lo
lógico es que nos emocionen, ya que van a lo más profundo de nuestro ser, y
siempre con compasión y desde el amor.
Para
terminar
El mejor canalizador eres tú mismo/a cuando eres capaz
de escuchar tu corazón y tu mente a partes iguales, sin dejar que la confusión
te nuble y te desoriente.
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