¿Te ha dicho alguna vez tu abuela que si veías porno te quedarías ciego? Bien, pues tranquilo... Eso no pasará. Pero, ver mucho porno sí que te puede perjudicar el cerebro. Descubre por qué.
El Porno y la Modernidad
En el pasado, las abuelas creían que ver pornografía no era bueno. Incluso para disuadir advertían a todos que observar estas cosas producía afecciones que hoy en día es sabido científicamente que es imposible. Esos horrores de los que las abuelitas hablaban son solo un mito fomentado por los tabúes sexuales. Sin embargo, los científicos han realizado estudios para descubrir la realidad sobre los efectos que causan en el cerebro ver pornografía.
Con la llegada de Internet, el contenido pornográfico es más accesible que nunca para los usuarios de la red, lo que a su vez ha provocado un cambio en la frecuencia con la que se consume contenido para adultos. Es por eso que el Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano, de Berlín, inició una investigación para determinar cómo afecta la pornografía al cerebro humano. Aunque los resultados no son totalmente buenos para los amantes de este tipo de contenido.
Sobre la Investigación
Los científicos alemanes han descubierto que, en comparación con las tiendas de DVD o revistas, Internet proporciona un mayor anonimato y accesibilidad, por lo que las personas aumentan su consumo de pornografía. Además, los medios de comunicación no tienen reglas para compartir materiales. Puede ser que algunas páginas que se dedican a proporcionar contenido de este tipo sí tengan reglas específicas para cargar o subir estos vídeos, pero en la Deepweb no existen todas estas políticas.
Para analizar la relación entre el consumo de pornografía y las conexiones neuronales, los científicos hicieron una serie de selecciones tras las cuales quedaron 64 participantes.
Para el estudio era importante que todos fueran hombres sanos de entre 21 y 45 años. Y se les hicieron a cada uno de ellos, por separado, una serie de preguntas en unas entrevistas previas al experimento. Todo esto a fin de comprender y poder tener una especie de historial de estas personas y de sus hábitos al respecto. Estás costumbres sobre las que fueron preguntados eran del siguiente cariz: a qué edad comenzaron a ver películas para adultos, con qué frecuencia lo solían hacer y cuánto tiempo le dedican a esta actividad.
Más tarde, tomaron fotografías de su cerebro a través de dos rondas de resonancias magnéticas. Primero lo hicieron mientras los participantes se relajaban y no realizaban ninguna actividad. En la segunda parte del estudio, fueron expuestos a varios tipos de materiales para adultos y se volvieron a tomar imágenes de su actividad cerebral y neuronal.
El Resultado
Con base en los resultados de la resonancia magnética, los científicos del Instituto Max Planck señalaron que existe una correlación negativa entre la materia gris del cerebro y la cantidad de horas que una persona ve pornografía. Parece que la cantidad de dopamina estriatal se reduce drásticamente, por lo que la parte del cerebro responsable de la recompensa se ve afectada.
El consumo regular de materiales para adultos puede obstaculizar gravemente el sistema de recompensas. Para aquellos que ven pornografía con regularidad, la comunicación entre el sistema de recompensa y la corteza prefrontal se reduce. Esto significa que las personas necesitarán una estimulación más fuerte para sentirse satisfechas, lo que es similar a lo que les sucede a los consumidores de drogas.
No te ocurrirán aquellas cosas que te decía tu abuela que te pasarían por ver porno. Pero el resultado de ver contenido para adultos, sí que afecta a la conectividad neuronal del sistema de recompensa.
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