Patricia salía con un hombre al que había conocido en una fiesta, Diego. Lo que ella no supo hasta el final era que ese hombre estaba casado y así iba a continuar.
Más que una noche juntos
Patricia comenzó a salir con Diego hacía ya un tiempo. Se conocieron en una fiesta de unos amigos en común, pasaron la noche juntos y amanecieron en la misma cama.
Todo había ido bien desde el principio, habían decidido tomárselo con calma, no acelerar las cosas y conocerse despacio porque querían disfrutar de lo que tenían, ya que era bastante bueno desde el momento en que se conocieron.
Dar pasos hacia delante
Ella había desarrollado sentimientos más profundos de lo que había sentido al principio, ahora realmente quería que hubiera un futuro entre ella y Diego. Fue entonces cuando decidió decirle a él lo que sentía y que quería ir más en serio, verse más a menudo e incluso, tal vez, comenzar a vivir juntos.
Quedaron para cenar y ella le expresó a él sus pensamientos y sentimientos. Él la dejó hablar y escuchó con atención. Cuando acabó de hablar, él parecía estar de acuerdo en casi todo. Aunque no parecía estar muy por la labor de ir a vivir juntos. Ella pensó que tal vez aún era demasiado pronto para dar ese paso. Por lo que en un principio no le dio muchas vueltas.
Cada vez lo amo más
Esto sucedió un par de veces más. Y Patricia no entendía por qué si su relación juntos era maravillosa, Diego seguía sin querer comenzar a vivir juntos.
Patricia quedó con él para hablar del tema, y después de mucho insistir para saber lo que sucedía y de confesarle que había comenzado a pensar que él ya no la quería, Diego confesó que en realidad estaba casado y que por eso no podía ir a vivir con ella, a pesar de que él sí que la amaba y de que su matrimonio no fuera bien en absoluto.
Al principio ella pensó que no quería saber nada más de él y lo echó. Pero después de unos días, le dijo que deseaba seguir viéndole.
Es demasiado duro vivir sin ti
Ella estaba bastante deprimida y algo furiosa porque no entendía por qué Diego la había dejado de esa forma tan sin sentido. Un día se encontraron de nuevo en una cafetería.
Él estaba solo, así que Patricia se acercó para preguntarle qué había pasado para que dejase de dar señales de vida sin siquiera darle una explicación. Diego respondió que aunque su matrimonio no iba bien, él respetaba demasiado a su mujer para continuar engañándola.
Entonces Patricia le respondió que el respeto por su mujer había desaparecido hacía mucho tiempo y que si de verdad la hubiera respetado en algún momento, nunca habría comenzado la relación que había tenido con ella.
En ese momento ambos decidieron que continuarían su relación como hasta hacía unas semanas. Él no se divorció, y la relación dura ya muchos años.
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